No todas las visitas familiares son agradables (Privado-Soushi - Jace - Rihan)

Finalmente decidió salir de su cuarto por unos momentos para así sembrar más confusión y al mismo tiempo aclarar algunas dudas entre la servidumbre de su castillo, quienes la miraban con asombro y una tremenda curiosidad poco disimulada a cada instante. Y después de todo no era para menos, ¿quien se iba a imaginar que después de casi cuatro meses de encierro en su cuarto la princesa saldría de un momento a otro, con ese aire aparentemente renovado? Pero era una de las tantas actuaciones más que tenía que hacer para que no circularan más de esos rumores extraños por su castillo.

Había salido con la excusa de tomar la merienda de la tarde en el comedor para cambiar un poco el ambiente, no sin antes haberse asegurado de cansar bien a Nue y Nae para que durmieran como piedras durante al menos unas cinco horas, y ella tampoco se iba a tardar tanto allí, como mucho una hora. Le había prohibido la entrada al cuarto a cualquiera que no fuera ella, y sus sirvientes ya sabían las consecuencias de desobedecerla, por lo que nadie iba a perturbar el sueño de los pequeños.

Ahora sólo tenía que dedicarse a merendar con la misma tranquilidad de siempre frente a las miradas mal disimuladas de los sirvientes que allí se encontraban. Se llevó aquella taza de té a los labios con la misma elegancia y delicadeza de siempre, y bebió despacio y tranquila, disfrutando del sabor. Hasta que una inesperada irrupción rompió el ambiente como un cristal al resquebrajarse en mi pedazos, haciéndola abrir los ojos de nuevo para bajar la taza de té y mirar de una forma suspicaz al recién llegado.

Sólo con escucharlo ya lo había reconocido, lo que no entendía era cómo había entrado sin que nadie le informara al respecto, y cómo era que ella misma no había sentido su presencia. Pero allí estaba aquél sujeto, su único hermano mayor, a quien no veía desde hacía siglos. ¿Qué era lo que quería ahora? No era precisamente el mejor momento...

El tiempo y los rumores corrian par a par a medida que el tiempo que la princesa pasaba en sus aposentos se acrecentaba,en algunas ocasiones jace habia llegado a dormirse ovillado sobre la alfombra como si fuera un perro todo por no dejar su eterna vigilancia de mirajanne,nadie mas que ellos sabia de la existencia de los gemelos pero la idea de que alguien intentara matar a la princesa aprovechando su 'enfermedad' lo aterraba pues tendria consecuencias catastroficas para todos los involucrados.
Los nervios y la falta de sueño estaban empezando a cobrarse una cuota tanto en la apariencia como en el humor de jace,el llanto de los niños le resultaba tan insoportable en ocasiones que tenia que dejar la habitacion para no desahogarse con mirajanne diciendole algo que en realidad no sentia,a los pocos minutos se daba cuenta de lo tonto que habia sido y volvia en silencio para disculparse solo para encontrar a la princesa durmiendo con los bebes proteguidos entre sus brazos y todo lo que hacia era acomodar su cabello antes de volver a pararse frente a su cama para que pudieran tener una noche de paz.
Aquel dia sin embargo ambos dejaban la habitacion luego de haber usado cada truco que conocia para ayudar a mirajanne a cansar a los bebes al punto de que fueran incapaces de levantarse por al menos un par de horas,puso una ultima proteccion en la puerta de la habitacion para asegurarse que nadie mirara dentro y finalmente siguio a la princesa hasta el salon.Una desagradable sorpresa los esperaba pues un sujeto vestido con ropas nobles aparecio alli y empezo a hablar como si conociera a la princesa de toda la vida,jace espero a que dejara de hablar y finalmente removio su capa de invisibilidad con uno de sus cuchillos apoyado en el cuello del sujeto-que modales son los de un invitado que no se arrodilla ante el dueño de casa y entra sin anunciarse como un vulgar ladron-le dijo con una voz espeluznantemente gelida listo para cortarle el cuello

Estuvo realmente tentada a esbozar al menos una mueca de fastidio ante la presencia de su hermano, pero no... no debía hacerlo, una princesa debía mantener la compostura en todo momento. Ya había crecido, y los siglos que pasaron sin verse debía usarlos para demostrar cuanto había madurado, lo suficiente como para que Soushi no volviera a sacarla de las casillas, como hacía antes. Se limitó a simplemente enviarle una mirada afilada, cual dagas envenenadas, aunque sabía que eso no lo detendría, ni siquiera iba a prestarle atención a ese detalle y seguiría haciendo lo que se le antojara, como siempre.

Además de que aquél extraño hábito de llamarla "Onee", cuando el mayor era él, parecía no habérsele quitado. Simplemente suspiró y cerró con cierta pesadez los ojos para tratar de calmarse, mientras volvía a llevarse su taza de té a los labios.

Con la misma tranquilidad, mientras bebía de su té y con los ojos apenas abiertos, observó como Jace de inmediato se colocaba en posición para cortarle el cuello. Ah, cierto, a veces olvidaba que no se conocían...

-Está bien- Habló finalmente, dejando nuevamente su taza sobre el pequeño plato de porcelana y con la otra mano hacía un leve ademán igual de refinado como todos sus movimientos para indicarle a Jace que no necesitaba llegar a esos extremos... todavía.

Luego, su mirada volvió a centrarse en el de cabello blanco, haciendo todo lo posible por mantenerse calmada ante sus palabras y acciones tan confianzudas de siempre.

-Me encantaría saber a qué se debe tu visita hoy, nii-sama- Volvió a hablar con un tono suave de voz, característico en ella, pero a pesar de aquello era evidente la frialdad asesina que se escondía en el trasfondo. Había llegado en un muy mal momento, y realmente no creía tener la paciencia para soportarlo y lidiar con él por mucho rato.

Escuchó ahora sus extraños acertijos mientras que lo veía encaminarse tranquilamente hacia la mesa y comenzaba a pasar su dedo índice sobre el borde de una taza vacía del juego de porcelana, y entrecerró los ojos en cuanto terminó con su típico discurso lleno de oscuridad, trampas y baches, haciéndolo sólo para fastidiarla, pues nunca le facilitaba ninguna pista más o menos importante como para guiarse.

¿Que su padre había arreglado algo?... A juzgar por la presencia del zorro allí, le daba a entender que era entre ellos, puesto que no veía otro motivo para su visita de no ser de esa manera, después de no haber tenido contacto prácticamente en los últimos siglos. Como siempre, le era imposible adivinar qué era lo que quería decirle si le daba tan pocas pistas, pero presentía que no se trataba de nada bueno ni agradable...

-¿Qué es lo que intentas decirme?- No le quedó de otra que aceptar la derrota de la primera ronda, muy a su pesar. Entre que su hermano siempre le complicaba la existencia con sus acertijos, su mente no estaba del todo fresca como para ponerse a descifrarlos, estaba cansada por haber dormido poco y estando entreteniendo a los bebés para que se durmieran.

Algo en la pequeña Mira no era igual como hace unos siglos atrás. Tal vez su postura, su forma de hablar, o mas bien... Sus miradas. ¿Más afiladas? No, diría que son más precavidas, mas cuidadosas, como un camuflaje que intenta esconder la verdadera persona que realmente es. Era obvio. Por mucho tiempo que pase, algo que jamás cambiará es el hecho que soy capaz de ver perfectamente a través de la chica. La observé detenidamente unos minutos, con mi típica sonrisa, analizándola.
Bueno, claro hasta que un pequeño "inconveniente" se cruzó en mi camino. Ya había olfateado un extraño aroma al entrar en la sala, un olor que no provenía de la pelinegra. Por un momento me imaginé que se trataba del olor que dejaron las camareras al entrar en la habitación, o tal vez un refrescante para el salón.

Pero mis imaginaciones se refutaron al verlo salir. Un castaño cuya capa lo cubría en alguna clase glamour, haciéndolo totalmente invisible. Su cuchillo me tomó algo desprevenido, pero bueno, todos tienen algún momento en el que se descuidan ¿No? Además, el rose de la daga con mi cuello no hizo más que estimular mis ganas de fastidiarlo. ¿Así que este es el caballero de mi Onee? Bueno, veamos si tienen la misma clase de paciencia.
- Are Are~ - sonreí con inocencia - Y yo pregunto de vuelta, ¿Qué modales son los de un caballero que amenaza a un invitado con un cuchillo?

Al parecer el caballero se detuvo cuando Mira gestó con los dedos, pero era obvio, hasta yo podía ver que la verdadera intención de la muchacha tras esos simples movimientos, "Déjame ver como se comporta" o algo así. Como sea, removí con cuidado la punta de la daga dirigiéndola hacia otro lado, cualquier lado estaba bien mientras no fuese mi cuello.
Luego, le dirigí una curiosa mirada al castaño.
- En todo caso~ Mi nombre es Soushi, hermano mayor de Mirajanne. Un gusto - sonreí con cortesía - ¿Y con quién tengo el agrado de hablar?

Luego, una sonrisa se surcó en mi rostro; una inocente y plácida sonrisa que veía a través de Mirajanne como si fuese un vidrio.
- Onee, Piénsalo bien~ ¿O siempre serás igual lenta, Número Dos? - al decir aquel sobrenombre, mi sonrisa se aplazó, como la alegría de una orca al jugar con su presa.
A todo esto, por alguna razón me acordé de algo, un pequeño punto que había oído en alguna parte de la cual no recordaba. Pero bueno, valía la pena preguntar.
- Ah Onee - volví a observarla, pero esta vez con más tranquilidad - ¿Cómo están los pequeños? Por cierto, se te ve agotada.
Por mucho que preguntara sobre esto en el pueblo, todos los campesinos me decían que la princesa no poseía niños, cosa que me hizo pensar que tal vez mi pequeña hermanita intentaba ocultar este hecho. Hecho que no permanecería mucho tiempo en secreto.

Estuvo tentado de cortarlo solo para borrar aquella irritante sonrisa de su rostro pero el gesto de la princesa era una orden mas que clara, antes de que el hiciera algún movimiento el zorro estaba ya tocando la hoja para apartarla de su cuello e incluso tenia los nervios como para bromear acerca de ello-para ser un invitado vuestra presencia debe ser querida en el primer lugar-le dijo el como toda respuesta mientras volvía a envainar la daga causandole un pequeño corte en el dedo. Había sido un movimiento deliberado pero era culpa de aquel idiota por tocar el acero valyrio en lugar de quedarse quieto en su lugar, era obvio que no sabia que con aquella misma facilidad podría haberle cortado el dedo o de lo contrario no habría estado sonriendo.
La pregunta lo sorprendió casi tanto como descubrir que mirajanne tenia un hermano, el conocía de memoria a toda la familia real por lo que aquel "hermano" debía ser como mucho un hijo del padre de mirajanne que había conseguido darle un puesto dentro de la corte-jace beleren-le dijo el en un tono seco mientras le dedicaba una mirada fría como si estuviese pensando que lugar del jardín seria mas propicio para enterrar su cadáver.
Una vez termino con aquella tensa presentación jace dio un paso hacia atrás dando la impresión de desvanecerse en el aire solo para aparecer un segundo mas tarde detrás de la princesa como si fuera una parte de su sombra,el echo de que su cabeza podía rodar por el suelo con un simple gesto de la princesa parecía no importarle demasiado pues se dedico a picarla y molestarla con sus palabras aparentemente para lograr que mirajanne perdiera los estribos. Ella soporto todo con una expresión de piedra en el rostro inmune a sus burlas, sin embargo cuando hizo aquella mención de los niños los dejo a ambos sorprendidos aun cuando sus rostros no lo demostraban-os debéis estar confundiendo con una de sus hermanas-le dijo jace antes de que la princesa digiera algo-ojou-sama solo tiene un hijo que dejo de ser pequeño hace mucho-finalizo en un tono lento y pausado aunque una de sus manos estaba apretando con fuerza la empuñadura de la daga,el no lo sabia no había forma de que alguien mas lo supiera.

No pudo evitar enviarle una mirada envenenada cuando la llamó por ese sobrenombre. Como detestaba que la llamara de esa forma... pensó que no volvería a escuchar ese apodo nunca más, pero por supuesto, siempre estaba su querido hermano para demostrarle lo contrario e incordiarle la existencia... a veces se preguntaba si el otro no tenía nada más importante que hacer mas que ir a molestarla...

-¿No te parece que somos ya bastante mayores como para seguir jugando a los sobrenombres?- Trató de expresar de aquella manera disimulada su disconformidad, al mismo tiempo diciéndole de una forma sutil que dejase de llamarla de esa forma si no quería sufrir algunos "accidentes" desafortunados.

Aunque sin duda lo siguiente la hizo entrecerrar los ojos para mirarlo con una clara advertencia para que cerrara la boca y no dijera ni una cosa más. Soushi se había enterado de su embarazo gracias a que su padre le dijo, puesto que ella jamás iba a contarle una cosa así, por lo que tampoco le extrañó tanto que ya supiera acerca de los pequeños... vaya que a su fastidioso hermano no se le escapaba nada, si hasta sabía que no era uno, sino dos los niños que tuvo.

Podría haber tomado los mismos pasos que inició su Caballero para cubrirla, pero ella sabía que tratándose de su hermano, eso no tendría caso. Una vez que destapaba la verdad, no había forma de encubrirla por más tiempo frente a él, y sólo sería una pérdida de tiempo el fingir que no sabía de lo que hablaba. Entonces serían otras las medidas a tomar...

Aprovechando la soledad de la estancia, siendo que sólo estaban ellos tres allí, consiguió con un rápido movimiento de una de sus colas rodear el cuello del zorro para jalarlo y acercarlo a ella, pudiendo mirarlo con una clara advertencia que se evidenciaba a través de esa máscara de frialdad que siempre mantenía en sus facciones. Por supuesto que aquello había tomado desprevenido a su hermano, era la única forma de conseguirlo, puesto que ese movimiento tan repentino había sido algo impropio de ella, dado que no reaccionaba de esa forma a la primera. Pero estaba tan estresada y cansada que prefería terminar pronto con las cosas, así que poco le importaba aquello en esos momentos.

-Nii-sama... sabes que me desagrada la gente que habla tan fuerte- Dijo finalmente, con su característico tono suave y moderado de voz, diciéndole de aquella manera que guardara silencio y no soltara aquella información tan a la ligera. -¿Quién te dijo?- Preguntó ahora, ejerciendo cierta presión sobre el cuello del mayor con su cola para demostrarle que no estaba jugando. Ni siquiera le había dicho a su padre que ya había tenido a sus hijos.

El caballero era un tanto fugaz y bruto, y al parecer no le gustaba que tocara sus cosas, en especial aquella daga que me dejó un pequeño obsequio en el dedo. No lo desinfecté, después de todo, en una hora ya se habrá curado, ¿Cabe agregar que soy un zorro y no un humano? Las heridas son pasajeras, un pequeño recuerdo que se va juntando con los otros. Ni en todos mis años de cacería he podido recibir una cicatriz que sobreviva los siglos. Pero bueno, decidí no comentar más por un rato.

Pero luego....
Satisfacción. Eso sentía ahora mismo. Una satisfacción que podría ser tanto por la reacción facial u verbal de ambos individuos al poner como tema a los bebés. Había acertado, ciertamente debía de ser un secreto y ahora que me adaptaba mejor al ambiente, había un leve olor a pequeños zorritos a unas cuantas habitaciones más allá del salón. Tenían el mismo aroma de Mira, pero claro, reducido.
Su caballero lo negó casi instantáneamente, y sus miradas hacia mí eran inmaduras, parecidas a las de Mirajanne hace unos siglos atrás cuando era más sencillo sacarle de sus casillas. Jamás había visto a un caballero que se pareciera en tantas cosas a su fénix, pero bueno, el mandarle una pequeña mirada afilada no haría daño ¿No? Después de todo, odio a los mentirosos.

La reacción de mi pequeña hermana fue la mejor de todas, y la que menos me esperaba. Hace un par de siglos atrás hubiese echo un escándalo, pero jamás me esperé que utilizaría los poderes de zorros contra mí. Aunque vi venir su cola, el echo que en realidad lo hizo me sorprendió un poco, por lo que me dejé llevar para saber que es lo que quería lograr con eso.
Enarqué una ceja. El tener la cara de la muchacha tan cerca me hizo notar lo pálida que se encontraba y las gruesas bolsas negras bajo sus ojos, los niños realmente la estaban matando.

- El olor - susurré al fin, con una sonrisa intachable- Claramente padre comentó tu embarazo, y aquí hay olor a infante, diría que unas cuatro habitaciones desde aquí. Huelen a ti - adquirí.
La observé fijamente, descifrando su siguiente movimiento. No era tan complicado, puesto que Mirajanne es una persona que intenta hacer todo con elegancia y discreción. Como ya me estaba aburriendo de sus miradas, saqué una de mis colas y la enrollé al rededor de la suya, apretándola hasta que aflojó su apriete, en donde me liberé con facilidad.
- Pero sabes - agregué apaciblemente mientras retrocedía hasta el lado opuesto de la mesa y tomaba asiento - no entiendo porque no quieres que nadie lo sepa, tuve que pasar bastante rollo preguntando en tu pueblo, donde nadie sabía, cosa que me hizo dudar un poco que en realidad fuera cierto.

Las colas danzaban, moviéndose inquietas de un lado a otro, atentas a todo, mientras yo los observaba, con una simple sonrisa en el rostro. Ciertamente no me querían aquí, cosa que me atraía más a quedarme, como un imán.

El zorro no parecio tragarse su mentira e incluso le dirigio una mirada afilada como si estuviera ofendido de que estuviera tratando de ocultarle algo de su propia hermana en la cara,jace hizo caso omiso de aquella mirada acusadora observando a soushi con el mismo interes que alguie podia dedicarle a un pedazo de carne cubierto de moscas,luego de sus declaraciones penso que la princesa iba a encerrarlo en algun calabozo pero nunca penso que tomaria el asunto en sus propias manos llegando a usar la violencia fisica de uan forma tan directa. Aquel actuar tan distinto a su personalidad normal demostraba cuanto le importanan realmente sus niños y que estaba dispuesta a todo con tal de protegerla, mientras el bocon colgaba alli indefenso frente a la princesa jace se limitaba a sonreir de una forma macabra esperando que finalmente el mensaje de que tendria que haberse marchado tan rapido como se lo permitieran sus piernas atravesara esa cabeza tan dura.
Las palabas de mirajanne se encargaron de referzor sus palabras de manera que incluso su hermano fuera capaz de entender que aquel era un tema sobre el que no iba a permitir ningun tipo de broma de su parte, cuando finalmente se libero usando sus propias colas parecia haber captado el mensaje aunque aun tenia esa misma sonrisa engreida en su rostro, sus palabras seguian siendo igual de pedantes y molestas aunque sus colas no se habian retraido evidentemente esperando algun movimiento proveniente de el o la princesa-incluso vos podeis entender que se trata de un tema extremadamente delicado-dijo mientras lo miraba tratando de memorizar el patron de movimiento de sus colas-razon por la cual usaremos cualquier medio necesario para mantenerlo tal como esta-finalizo mientra un chispazo de enrgia recorria sus manos de forma amenazante,si se negaba a escuchar razones e instia en tomarselo a broma el no tenia problemas en borrar hasta el ultimo recuerdo de su mente.

El duelo de miradas entre ella y su "querido" hermano perduró por bastante rato, obviamente porque ambos eran demasiado tercos y orgullosos como para ceder aunque fuera por un solo instante. Una de las pocas cosas en las que ambos se parecían... Ella le dedicaba una silenciosa amenaza a través de la vista, y en cambio el peliblanco parecía encontrarse de lo más divertido contemplando su reacción, casi burlándose de ella en silencio, como si no le importara en lo más mínimo el hecho de estar siendo prácticamente estrangulado por una de sus colas.

Finalmente, Soushi pareció cansarse de aquél duelo de miradas que obviamente no terminaría a menos de que alguien le pusiera fin, y entonces, con una de sus propias colas rodeó la de ella para ejercer presión sobre esta hasta que finalmente lo soltó para librarse así del agarre contrario, regresando de inmediato su cola hasta desaparecerla de la vista bajo su larga falda negra.

Su mirada afiliada y negra como la noche lo siguió hasta que lo vio acomodarse tranquilamente en la mesa, aunque ahora manteniendo una distancia prudente. El hecho de que no guardara sus colas todavía le decía que estaba esperando algún otro ataque de ella... o tal vez iba a continuar provocándola para que volviese a arremeter contra él.

Y sin duda... así era.

Las palabras de su hermano la dejaron helada por unos instantes. ¿Que el muy imbécil había hecho qué cosa?... ¡¿Cómo se le ocurría hacer algo semejante?! ¡Ahora los niños estaban expuestos ante el mundo! Sólo bastaba un cerebro lo suficientemente inteligente como para relacionar los rumores que circulaban últimamente por el pueblo con las preguntas tan seguras de el otro para comprender la situación y descubrir la verdad.

Quería matarlo... matarlo era poco, quería degollarlo vivo, torturarlo y matarlo de la peor forma posible.

Y tuvo que hacer un gran esfuerzo para controlarse, limitando a apretar fuerte los puños de sus manos y mirándolo de una manera más que fulminante, como si con la vista pudiera lanzarle miles de dagas. Estaría complacida de poder hacerlo...

-¿Qué acabas de decir?- Preguntó finalmente, denotando sin casi percatarse, que en su tono de voz también se evidenciaba la inminente amenaza que destilaba toda su ira. -¿Tienes siquiera idea de lo que acabas de hacer?- Entrecerró los ojos para agudizar más ese filo venenoso de su mirada, y sin poder evitarlo, su propia energía oscura comenzó a resquebrajar peligrosamente algunos cristales de la estancia. Esta vez estaba demasiado furiosa como para controlarse, y realmente no sabía cuanto tiempo más podría mantenerse allí sentada antes de lanzársele encima para descuartizarlo con sus propias garras.

Más le valía a Soushi no haber causado ningún problema mayor...

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Off: Nuevamente, perdón por la demora. Culpa de la U.

Todo iba como me gustaba, ambos estaban furiosos, o al menos eso era lo que podía ver después de notar las pequeñas chispas que brotaban de los dedos del caballero, y bueno, que mencionar de mi estimada hermanita. Su mirada me quería asesinar, eso no lo podía dudar, rencor, odio, ira, todo eso observaba en la mirada de mi hermana. Y aún no iba a terminar mi acto. Todo estaba empezando, aún no era suficiente, aún no era suficiente el enojo que le había causado.
Nuevamente iniciamos un ataque de miradas, sin dudar si se trataba de hostilidad, Mira ganaba, pero si se trata de arrogancia, no me llega ni a los talones.
- Creo que escuchaste bien lo que dije, a no ser de que seas sorda. - comenté cantarín, con la expresión usual.

Lo estaba logrando, algunos vidrios se estaban trizando, todo se debía a aquella energía que emanaba mi pequeña hermanita. Aunque descontrolar su poder no era mi objetivo, no me quedaba opción puesto que sólo de esa forma podría lograr mi cometido. Mis colas dejaron de moverse, puesto que sintieron las miradas del caballero, ahora tensas, las puntas giraron observando su objetivo, osea los dos individuos que tenía enfrente mío.
- Ah hermana, eso no es todo. - comenté con entusiasmo, con una mirada fulminante - Lo que antes te intentaba decir sobre nuestro padre..... Verás...

Tuve que pausar para reír un poco, no podía evitarlo, se trataba de algo cómico y al mismo tiempo trágico, ¡Casarme! Al principio pensé que era una estupidez, que no tenía sentido, pero luego de que los días avanzaron... Llegó a agradarme.
- Lo lamento, verás que nuestro padre a organizado nuestro matrimonio y vine a informártelo. - no pude evitar remarcar la palabra "nuestro", claro que era nuestro, pero no podía evitar sentir cierta distancia entre mi hermana y yo, pertenecemos a mundos completamente distintos y tenemos ideales opuestos, pero esta oportunidad era única, y lo mejor de todo era que uno no podía escapar de ello. Se avecinaba, se lanzaba, pronto la atraparía y no la dejaría escapar, esa era la furia y la fuerza de nuestro padre.

De seguro ahora, realmente me querrá matar.

PD. estaré ausente unos días, el viernes respondo con Soushi y Nea. Lamento la demora.

El hermano de la princesa era la confirmacion viviente de que evidentemente ella no habia heredado casi nada de su padre,alli donde ella era siempre elegante y refinada aquel sujeto era torpe,tosco y lo peor de todo molesto hasta limites que no creia posible en ninguna persona,jace tenia que concentrar toda su fuerza en evitar golpear aquella sonrisa bobalicona pues sabia que una parte de aquella ira pertenecia a mirajanne quien se la estaba transmitiendo a traves del lazo que ambos compartían,las emociones mas fuertes eran las que mas se transmitían así como también las mas difíciles de ignorar.
Lo peor de toda aquella situación era que los poderes de mirajanne estaban empezando a descontrolarse como bien lo atestiguaban los vitrales del salón que habían empezado a resquebrajarse producto de la presión generada por el enojo de la princesa,por mucho que deseaba ver al idiota recibir su merecido jace se dio cuenta que llegado el momento tendria que sacarlo de la estancia si el seguia tirando la cuerda de la paciencia de mirajanne que se encontraba particularmente fina dado el terrible trabajo que suponia cuidar a los niños.Queria creer que la princesa no llegaria a usar la violencia pero tambien sabia que sus hijos eran lo mas preciado para ella-si se trata de otra de vuestras bromas haced el favor de retiraos-dijo con un tono gelido que no dejaba de tener cierta nota de advertencia,no sabia que tanto conocia aquel tipo a mirajanne pero era evidente que jamas la habia visto realmente enojada o no seguiria haciendo aquellos chistes.


Off rol: perdon por la demora pero estaba algo complicado con la uni(perdon por lo corto del mensaje tambien T_T)

Por más que trataba de controlarse, sentía que simplemente no podía. Su paciencia no estaba lo suficientemente resistente esta vez como para andar soportándolo, la había gastado toda cuidando a los gemelos, era demasiado estrés como para ahora someterse a un duelo de miradas y palabras con su molesto hermano no invitado. En especial al tener que soportar sus estúpidas provocaciones, y al parecer esta vez Soushi se encontraba de lo más satisfecho por estar logrando hacerla enfadar... si hubiese llegado en otro momento de seguro que habría podido lidiar fácilmente con él.

Aunque lo siguiente que dijo la dejó aún peor que cuando soltó lo de los niños. Por un instante su mirada se impregnó de sorpresa e incredulidad, hasta que rápidamente pudo volver a taparse tras sus máscaras de seriedad y frialdad habitual.

No podía ser cierto. Soushi siempre había disfrutado al jugarle bromas pesadas y meterla en problemas, de seguro se trataba de otra de sus tretas para sacarla de quicio. Además, ¿qué motivos tendría su padre para hacer algo como eso? Si ya había vuelto a ser el esposo oficial de su madre y Soushi consiguió ser reconocido por ello, no necesitaba hacer una cosa tan innecesaria como casarlos.

-Estás mintiendo...- Habló finalmente, aún deseando en su fuero interno se tratase sólo de una mentira.

No podía tener tanta mala suerte...


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Off: Y me lo dicen a mí, yo estoy tapada de trabajos, apenas puedo respirar ;A;

Tal y como lo esperaba, no me creía. Debía de admitir que cuando ella era joven yo amaba hacerle toda clase de jugarretas, era bastante divertido sacarla de sus casillas, y de hecho, aún sigue siéndolo. Pero esta vez aunque hasta a mí me desagradase, hablaba en serio, el mensaje no era una broma y si bien ella no lograba entender porque nuestro padre había planeado algo tan vil aún sabiendo de nuestra pésima relación de hermanos, era la simple verdad y debía de enfrentarla, sí es que había madurado un poco desde la última vez que la vi.
La miré fijamente, intentando de explicarle con la mirada que esta vez, no era una broma.

La atmósfera tensa se asimilaba a una jaula, por lo que di grandes bocadas de aire antes de mirarlos a los dos con potencia, mientras explicaba algo serio, pero intentando de mantener la misma sonrisa de siempre la situación en la que se encontraba mi hermanita.
- Nuestro matrimonio es ventajoso para nuestro padre. Es importante que la familia de kyuubis prosiga, y hay gran riesgo de que se extinga si procreamos con humanos u otra criatura que no seamos nosotros mismos. Entiéndelo Mira, - dije razonable, puesto que cuando la llamaba por su nombre significaba que realmente hablaba en serio - esta vez no fue idea mía, mi padre y tu madre hablaron de ello... Y la Reina estuvo de acuerdo con el plan.

Al mencionar a la Reina, mostré una pequeña sonrisa triunfante, puesto sabía que ella no estaría en contra las decisiones de su madre, al menos que buscase guerra.
Di un suave suspiro mientras tomaba una taza de una esquina de la mesa y le colocaba un poco de agua y hierbas. Tras darle unas pequeñas vueltas con una cucharita, di el primer sorbo, necesitaba algo cálido para apaciguar las gélidas miradas de los otros dos.
- Ah, se me olvidaba - adquirí mientras levantaba un poco la vista, intentando de descifrar que reacción haría mi pequeña hermana ahora, puesto que se podía ver claramente que para ella esas palabras significaban la continuación de su pesadilla- el matrimonio se llevará a cabo en dos meses más. Mejor ponte a elegir tu traje de bodas a menos que quieras que te lo escoja yo~ - me bufé con la misma mueca sonriente de siempre.

"¿Qué van a hacer ahora?" pensé mientras contornaba con el dedo índice la orilla de la taza, sintiendo el vapor que esta emanaba.

Aun a pesar de sus advertencias el zorro continuo hablando del mismo tema, sin embargo la forma en la que tomaba aire dejaba muy en claro que la atmósfera del salón estaba empezando a afectarlo. Cuando finalmente retomo la palabra aquella sonrisa molesta vacilaba en su rostro como si se aferrara a aquel gesto para poder seguir hablando, al final jace tubo que aceptar que aquel sujeto estaba hablando en serio, ninguna persona estaría dispuesta a arriesgar su cuello solo por una estúpida broma después de todo.
No sabia como le había caído la noticia a mirajanne pero jace tuvo que cerrar los ojos un momento y respirar profundamente para evitar que sus ojos revelaran lo que realmente pensaba, sabia que la princesa tendría que volver a casarce algún día pero dada su fama siempre había supuesto que pasarían al menos otros 100 años antes de que alguien tuviera el valor de cortejarla suponiendo claro que para ese momento no se hubiera ya convertido en reina, las noticias del zorro le auguraban un futuro muy complicado dada la cantidad de problemas con los que tenían que lidiar. No creía que su propio hermano tuviera que ser vigilado como posible traidor o espía pero a un nivel personal la idea de ver esa sonrisa idiota de la mano de la princesa le resultaba simplemente inadmisible, tal vez si tenían suerte podría hacer que huyera como el ultimo marido aunqu aquel sujeto no parecía del tipo que se dejara amedrentar. Incapaz de proferir palabra sin ponerse en sospecha se limito a permanecer alli inmóvil como estatua mientras esperaba la reacción de mirajanne.

La posibilidad de tratarse meramente de otra de sus estúpidas bromas se redujo considerablemente en cuanto mencionó a su madre. Por un momento sus puños se cerraron sobre sus rodillas, apretando la tela de su vestido. ¿Por qué su madre querría acceder a algo como ello? Si bien su padre ahora era el esposo actual de la Reina y el primero con el cual ella había estado, sabía que él en cuanto a cuestiones de política y toma de decisiones era exactamente igual que el rey de ajedrez: una pieza meramente inútil, con la única función de adornar el tablero con su presencia. ¿Entonces por qué lo dejaba proponer algo como aquello?

Con sólo pasársela dándole vueltas al asunto no resolvería nada ahora, para llegar a una conclusión medianamente aceptable primero tenía que pensar en frío, con la mente descansada y relajada, cosa que ahora se veía como un sueño lejano e imposible dadas las circunstancias y el estrés acumulado por todos los acontecimientos de los últimos meses.

Después de meditarlo por unos momentos, volvió a centrar su mirada oscura y fría como el mismo hielo sobre su hermano, quien se encontraba muy cómodamente sirviéndose y bebiendo del té como si estuviese en su propia casa. Habría comentado algo al respecto para ponerlo en su lugar, pero el mayor pronto abrió la boca para ampliar los detalles de la boda.

Y nuevamente, no fue nada agradable la noticia...

¿Dos meses?... Por unos momentos apretó sus labios en una involuntaria señal de molestia. Pero seguidamente cerró los ojos y se limitó a suspirar. Sabía que tenía que calmarse, o de lo contrario no podría enfrentársele apropiadamente y sólo conseguiría hacer que su hermano se burlara más de ella. Una vez hubo transcurrido un corto espacio de tiempo, Mirajanne volvió a abrir los ojos para mirarlo, ya más calmada y con el mismo deje de cinismo habitual, el cual pronto se hizo notar más cuando esbozó su clásica y tenue sonrisa maliciosa.

-De ser ese el caso supongo que no tengo más opción que aceptar los términos- Contestó finalmente, con tanta calma y confianza en su tono de voz que cualquiera diría que se encontraba fresca como una lechuga a pesar de haber recibido tales noticias. Oh, pero eso claramente sería algo que pensaría cualquiera que no la conociera, puesto que quien la haya visto previamente y conocía su forma de actuar, sabía que aquello era el preludio de la tormenta, o mejor dicho, la tempestad que desencadenaría más adelante.

Del mismo modo refinado y calmo de siempre, volvió a tomar su taza de té para beber un poco.

-Aunque claro, Nii-sama...- Agregó cuando bajó la taza para reposarla sobre el platito de porcelana, mientras que volvía a centrar su mirada aparentemente tranquila sobre él, pero confiada, y con un deje oculto de malicia. -Eso suponiendo que no ocurra nada de aquí a los siguientes dos meses... ya sabes, los accidentes ocurren- Finalizó con una sonrisa cínica un poco más marcada ante aquello.

Era su hermano, y pese a las tantas diferencias y rencores que se tuvieran debía admitir que verdaderamente no sentía un odio tan fuerte como hacia el resto de sus hermanos por parte de su madre. No pretendía matarlo, pero si la situación lo requería... bien tenía sus cartas de triunfo para quitárselo de encima.

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OFF: lamento la demora, se me había olvidado este tema XDU gracias por recordármelo, Shin :3

El zorro parecía bastante satisfecho consigo mismo luego de haber usado a la reina como su carta de triunfo para lograr detener a la princesa, para ser franco le resultaba un tanto sospechoso que la madre de mirajanne hubiera aprobado el incesto pero de momento aquella era la menor de sus preocupaciones. Había pensado que continuarían peleando pero aquella sonrisa y la forma en que la princesa parecía aceptar tan dosilmente las ordenes de su hermano simplemente le daba mala espina, alli estaban a punto de empezar a saltar chispas y lo que era peor ninguno de los dos parecía dispuesto a dejarse superar a juzgar por lo que estaban diciendo, las amenazas de mirajanne solo parecían divertir aun mas a ese sujeto lo que lo hacia cuestionarse seriamente el aprecio que el zorro sentía por su propio pellejo.

Al final suspiro y coloco una mano en el hombro de la princesa buscando sacarla de la pelea que se estaba formando antes de que empezaran a volar los golpes de nuevo-disculpad señora pero aun tenéis mucho trabajo pendiente-dijo tratando de desviar su atención antes de que diera el primer golpe-y a vos os aconsejo no ser tan confiado, corren tiempos difíciles y nunca se sabe que os espera a la vuelta de la esquina-dijo tratando de darle una ultima advertencia para que se fuera de alli. ahora que aun podía moverse con sus propias piernas.

Off: ¡No te alarmes querido Jace(?)! Yo comenté por Kmi porque ella tiene un pequeño plan que sólo se puede efectuar si yo posteaba antes. Así que... Por ahora habrá un cambio de post. Ya entenderás cuando Kmi postee con Mira.
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Sin prestar mucha atención a sus palabras, el zorro escuchó con un aire despreocupado al caballero de su hermana.
La verdad, Soushi tiende a ser alguien bastante respetuoso con la mayoría de las personas, especialmente con los caballeros y fénix... Pero, por alguna razón que aún desconoce ––o quizás sí conoce pero lo ignora––, todo, cualquier cosa que incluya a su "adorable familia" ––especialmente a su endemoniado padre–– lo transformaba en un ser altanero y apático, capaz de molestar al niño más indefenso de todos.
Simplemente no lo podía evitar.
Todas aquellas personillas o temas que involucrasen a los de su raza rompían en un santiamén su ––supuestamente–– indestructible capa de bondad. Y eso a él no le gustaba para nada.
Soushi siempre había sido capaz de controlar sus acciones, pero aquella familita suya simplemente… Liberaba sus bien guardados impulsos.

Pero bueno…

Por mucho que tratase de tomarse en serio las palabras del moreno ––al que prácticamente no le prestó nada de atención––, una pequeña pero automática risilla afloró de sus labios.
“¿Ocupada, huh?”, pensó mientras una sonrisa curiosa adornaba su rostro. Sabía que la otra ya estaba más que hostigada de él, y eso mismo le incitaba a molestarla un poquitín más, además, no podía dejar que su instrumento de juego se escapase ¿No?
–– ¡Oh! ¡Pobre, pobre Mira! ––Dramatizó, llevándose la mano al pecho–– ¿Será que los años ya están comenzando a pesarte? ––aclaró, bien sabiendo lo que aquellas palabras podrían llegar a conllevar.

Quizás era mentira como quizás no. Sabía que su hermana estaba completamente desgastada, se notaba en su rostro cuyos pómulos sobresalían demasiado. Pero más que por la edad, Soushi intuía que la culpa decaía en cierto crío llorón. Crío que su hermana negaba rotundamente a presentarle.
Aunque bueno, por ahora, se limitaría a seguir exprimiendo a la muchacha con sus pequeñas jugarretas.
–– Conozco un buen acilo al cual llevarte, no te preocupes ––le sonrió, inocente.

Soushi sin duda se estaba confiando demasiado como para no tomar en serio sus advertencias. Cualquier otra persona ya estaría temblando y rogando por su vida, pero su hermano siempre había sido esa espina molesta que resistía todo lo que le lanzaba y para colmo se burlaba de ella por no poder destrozarlo como le gustaría hacerlo.

Entrecerró los ojos con una tenue molestia en ellos cuando volvió a enseriar sus facciones, manteniendo su máscara fría como el mismísimo invierno. Ninguno estaba dispuesto a aflojar la cuerda, y quizá si Jace no hubiese decidido cortar aquello de una vez continuarían en ese mismo confrontamiento por quien sabe cuanto tiempo.

Aquella era su oportunidad perfecta para echarlo del tablero de juego con elegancia y asegurarse al menos de regresar con sus bebés antes de que pasara algo más. Enseguida volvió a enmascararse con su tenue pero cínica sonrisa y mirada confiada, antes de ponerse de pie una vez más.

-Oh, hermano querido, cuánto lo lamento... pero sabes que soy una persona ocupada. Hablaremos en otra ocasión, si gustas puedo llamar a alguien para que amablemente te guíe hacia la salida- Sin perder su elegancia en ningún momento, procedió a echarlo de aquella manera disimulada en lo que daba un par de pasos con intenciones de salir...

Hasta que Soushi tocó justo uno de los temas que la hacían perder la paciencia.

Su mirada entre incrédula y molesta se posó nuevamente sobre el mayor, fulminándolo de tal manera que pareciera que en cualquier momento iba a ser atravesado por algo. Y más aún cuando seguía hablando sólo para defenestrarla aún más.

Aquello sí que no lo toleraba. Nadie la trataba de "anciana" y sequía tan campante como pretendía su hermano. El comentario sobre el asilo sin duda fue lo que acabó con la poca paciencia que le quedaba.

Apoyó de una forma un tanto brusca sus manos sobre la mesa, inclinándose un poco hacia donde la observaba el otro pese a que los separaban un par de metros, y sintió su sangre hervir por la furia que tenía.

-¿Disculpa? Debo recordarte que no soy yo la que tiene el cabello plagado de canas- Le devolvió el ataque con el mismo filo que el otro empleó en sus palabras.

Aquello ya le había colmado la paciencia por completo, y estaba segura de que no podría contenerse más. Siglos atrás no habría pensado dos veces para saltar hacia él y estrangularlo, pero ahora tenía una imagen qué mantener. Si iba a descuartizarlo, debía hacerlo de forma "elegante"... o al menos que nadie más mirara.

-Jace, creo que a partir de ahora hablaré con mi hermano en privado- Resolvió sin despegarle la mirada fulminante al otro de encima. Si Soushi quería guerra, guerra le daría.

Sus sencillas sandalias tradicionales apenas sonaban ante cada paso que daba por los terrenos del castillo. La niebla que siempre lo acompañaba estaba tiñendo todos sus alrededores de un blanco fantasmal, que de paso servía de cortina para ocultar su presencia y pasar desapercibido como un mero fantasma si acaso por la seguridad que custodiaba el hogar de la princesa.

Con su simple kimono verde a rallas negras, un tanto desalineado y el gran y hondo sombrero de paja tradicional al estilo oriental que cubría su cabeza y parte de su rostro, cualquiera que lo hubiese visto lo habría tomado de inmediato por algún vago ladrón demasiado insensato o borracho como para atreverse a siquiera poner un pie en los terrenos de la primera hija de la Reina. Era por eso que mejor se ahorraba los malos tragos tratando de razonar con los guardias que custodiaban el lugar y se camuflaba mejor en su nube ilusoria.

No obstante, su error de cálculo se presentó una vez hubo burlado la seguridad del castillo. El terreno donde vivía Mirajanne era demasiado extenso, y un pequeño bosque lo recubría, quizá precisamente para evitar que gente ajena al castillo, como él, ingresara con tanta facilidad.

Suspiró y se rascó la barbilla un tanto pensativo, en lo que trataba de iluminar su cabeza para ver qué camino tomar ahora. Salió por entre unos árboles que desembocaban por un camino de tierra bien cuidado, pero tratándose de la princesa seguramente era parte de un intrincado laberinto en el cual sólo sus hombres se sabían manejar.

Fue pura suerte que pudiese vislumbrar a un muchacho a lo lejos, posiblemente parte de la servidumbre de Mirajanne. La figura se dirigía hacia él, seguramente porque ya lo habían visto desde adentro ahora que deshizo la bruma y le pedirían alguna explicación sobre su aparición en ese lugar. O en el peor de los casos simplemente lo atacarían y tratarían como el intruso que era.

-io~- Saludó de forma despreocupada a la figura, alzando vagamente uno de sus brazos a modo de saludo amistoso. El sombrero de paja oriental aún cubría parte de su rostro, por lo que sus ojos no iban a quedar a la vista de los demás tan fácilmente. -Perdona, chico. Creo que me he perdido- Admitió con una leve risa tranquila y relajada, ignorando completamente cualquier intención que pudiese tener el otro. -Estoy buscando la manera de entrar al castillo, ¿te molestaría guiarme?

La discucion entre los dos hermanos no hacia mas que acalorarse a medida que pasaban los minutos, intento ofrecerle a la princesa una salida rapida y elegante para desacerse de aquel huésped indeseado pero su hermano lo convirtió en una broma hiriente asegurándose de que mirajanne no se despegara de su asiento al menos por un rato mas.

A decir verdad había pocas cosas en las que la princesa se indulguiera a ella misma en vanidades, a diferencia de otros nobles ella prefería las ropas amplias y holgadas que le permitían movimiento antes que los apretados corset y los vestidos que solían estar a la moda con al única excepción de un par de ellos que reservaba para los bailes y mascaradas donde se veía forzada a ir muchas veces contra su voluntad e incluso contra su seguridad. Pero incluso con esta falta de sentido de la moda ella seguía siendo una mujer sumamente femenina y refinada y si había algo en lo que se enorgullecía era en su complexión física que aun seguía suave y joven incluso después de 3 hijos y no pocas amarguras.

Llamarla anciana era la forma mas fácil de ganarse un pasaje al otro mundo por lo que nunca pensó que su hermano tendría las agallas para decir algo como aquello luego de todo lo que había tirado de la paciencia de mirajanne, en medio del silencio sepulcral del salón casi creyó escuchar como la paciencia de la princesa colapsaba dentro de una explosión de ira muy bien disimulada-como usted dese princesa-dijo haciendo una ligera reverencia antes de mirarla como diciendo 'llámame para limpiar el desastre' sabiendo que el pobre idiota no viviría mucho mas luego de haber dicho eso.

Desapareció en la sombra de la princesa como si no hubiera sido otra cosa que una ilusión y volvió a materializarse en el despacho de la princesa, se aseguro de que los pequeños continuaran dormidos y luego se acerco a la ventana al ver algo que le llamo la atención, en aquella región no era raro que se formara niebla dada la relativa altura sobre la que se asentaba el castillo pero estaba seguro de que aquel banco de niebla en los jardines no estaba allí esa mañana. Tan rápido como un rayo bajo por la ventana del estudio y aterrizo sobre la hierba sin siquiera hacer ruido, subió a los arboles y empezó a moverse por las ramas hasta que estuvo dentro del rango de aquella extraña neblina, intento dispersarla con magia pero aquella bruma fantasmal se resistía a sus intentos por lo que o bien no era de origen mágico o la persona que lo había conjurado tenia un poder mayor que el suyo. Preparo el arco y empezó a moverse sigilosamente buscando un rastro de energía en medio de la niebla hasta que finalmente vio de reojo a un sujeto sospechoso de sombrero que parecía no molestarle aquella anomalía climática, se acerco intentando permanecer oculto pero para su sorpresa el sujeto no solo lo descubrió sino que incluso empezó a hablarle con suma tranquilidad como si fuera un turista perdido. Jace guardo su arco y se acerco al sujeto con precaución sorprendido por su actitud tan despreocupada, a medida que se acercaba lo embargaba una extraña sensación de intranquilidad que lo hizo llevar sus manos a los puñales a medida que se acercaba al sujeto y aquella opresión en su pecho aumentaba, cuando finalmente estuvo frente a el y pudo ver su cara o al menos lo que le dejaba entrever el sombrero se dio cuenta de quien era. Soltó el agarre de sus puñales estupefacto y se arrodillo frente al sujeto mientras pensaba en una forma de retenerlo allí aunque fuera unos minutos, el quería encontrarse con el padre de mirajanne pero no de aquella manera-mi señor no esperábamos su visita estoy seguro de que la princesa estará encantada de recibiros-dijo mientras trataba de ponerse en contacto con mirajanne a través del lazo que compartían-tenemos problemas tu padre esta aquí-le dijo rogando porque el mensaje la alcanzara.

-¿Hmm?- No pudo hacer más que enarcar levemente una ceja y torcer de forma tenue el gesto en un leve puchero de decepción. -Una lástima... y yo que pensaba que no me iban a reconocer si me disfrazaba un poco...- Soltó un suspiro algo cansino en lo que se quitaba el sombrero y lo hacía desaparecer en una concentración de energía oscura, dejando ya al descubierto su rostro en su totalidad.

De la misma manera despreocupada, volvió a mirar al muchacho con su expresión habitual, cerrando tranquilamente uno de sus ojos para mirarlo con el otro en lo que guardaba uno de sus brazos dentro de la yukata que traía, apoyando cómodamente su codo sobre la faja de tela que la amarraba desde la cintura.

-Relájate, chico. No necesitas ser tan formal conmigo- Aclaró con el mismo tono despreocupado de siempre, haciendo un ademán con su mano libre al moverla perezosamente de arriba a abajo para restarle importancia al asunto. -Sólo vine a hacer una visita familiar. Mi hijo ya está aquí ¿verdad?, ¿me podrías mostrar el camino?

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OFF: de aquí seguimos el rol con Jace y su suegro hasta que lleguen a donde están los otros dos.

El real consorte parecía un tanto molesto de que jace hubiera dado con su identidad tan rápidamente, el sombrero que llevaba en su mano desapareció como por arte de magia aunque el dudaba que así fuera. Incluso con aquella pose tan relajada la energía que fluía del sujeto era intimidatoria lo que lo hacia cuestionarse que tan aplastante debía ser cuando la liberaba por completo. Pensó en darle algún cumplido en relación al supuesto disfraz pero prefirió guardarse sus opiniones, generaría demasiadas preguntas que un caballero conociera la esencia de su príncipe tanto como para reconocer a sus familiares inmediatos-su hijo llego aquí hace unos momentos-dijo el desviando ligeramente la mirada al recordar como había estado muy cerca de cortarle el cuello como a cualquier intruso si la princesa no lo hubiera detenido-sera un honor para mi llevarlo-dijo con otra ligera reverencia antes de empezar a caminar en dirección al castillo.

Su padre parecía compartir el terrible sentido de la orientación de mirajanne por lo que jace intento aprovechar eso para llevarlo por el camino mas largo que le fuera posible dando vueltas y recodos por el denso bosque,necesitaba ganar tiempo para que la princesa recuperara la compostura antes de que su padre llegara y la encontrara peleando con su hermano como si fueran dos críos-lamento si se perdió,de haber sabido que venia le habríamos enviado una comitiva-dijo intentando hacer algo de conversación, si se quedaba en silencio demasiado tiempo corría el riesgo de que el viejo zorro empezara a concentrarse en otras cosas y se diera cuenta de cierto aroma que el tenia pegado, si bien no era raro que los caballeros compartieran algo de esencia con los príncipes que cuidaban la forma en la que el olor distintivo de mirajanne estaba pegado a su cuerpo solo tenia una explicación y realmente no quería tener que dársela a ese hombre de todas las personas.

Aún pese a haberle aclarado que no eran necesarios esos formalismos ni ningún protocolo, el muchacho parecía estar empeñado en tratarlo como el mismísimo rey que era. Suspiró levemente y dejó mostrar una tenue sonrisa apacible y relajada en respuesta.

-Te lo agradezco~ serás de gran ayuda- Habló con el mismo tono tranquilo de antes en lo que comenzaba a seguirlo sin prisas.

Durante el trayecto, Rihan volvió a acomodar su brazo debajo de la tela de la yukata para deslizarlo hacia la manga de nuevo y así poder juntar ambas manos sobre su pecho, escondiéndolas con la larga tela de las mangas. Justo acababa de fijarse en que el aroma del muchacho tenía mezclado con él cierto olor peculiar cuando volvió a hablar mientras lo guiaba.

-No no~ eso no es necesario- Aclaró con su mismo tono tranquilo, aunque ahora este exhibía un leve deje de diversión. -Quería pasar lo más desapercibido posible- Prosiguió, cerrando de una forma tranquila y aparentemente amigable sus ojos mientras que su sonrisa tenue se marcaba un poco más. Comenzaba a mostrarse más como el kyuubi que era, y aquella expresión era la clásica que esbozaban cuando acababan de encontrar algo que les parecía divertido.

Oh, sí. Rihan no planeaba dejar pasar un detalle como aquél, y le exprimiría el jugo durante todo el camino para mantenerse entretenido. De momento sabía que sus solas intenciones que escapaban por su semblante serían suficientes para incomodar al muchacho, quien a pesar de estarle dando la espalda para guiarlo, parecía irse tensando de a poco.

-A todo esto...- Rompió el silencio, sin inmutar en lo más mínimo el tono calmo pero levemente divertido de su voz. -¿Cómo ha estado mi nena?... debe de ser duro para ella estar criando a dos hijos sola cuando su esposo desapareció misteriosamente...- Volvió a abrir sólo uno de sus ojos para centrar su ambarina mirada en él y clavarla justo sobre su espalda, sin abandonar su sonrisa.

En condiciones normales, no habría mencionado el detalle de los niños. Recordaba que Mirajanne le había dicho que era un secreto y que realmente desataría su furia sobre él si llegaba a filtrar la información. Pero este chico no sólo tenía mezclado el olor de ella, sino el de dos infantes que, pese a que nunca los había olido ni visto, sabía que se trataban indudablemente de sus nietos.