A la luz de nuevas vidas (Privado)

Acababan de cumplirse dos meses desde el nacimiento de los pequeños. Y sí, pequeños, porque a pesar de las adivinaciones de la consejera de su madre para saber si sería niño o niña, resultaron ser gemelos. Ambas cabecitas de cabellera oscura reposaban tranquilamente en dulce sueño sobre el colchón, mientras que ella los mimaba con suavidad para no despertarlos. La tranquilidad que reinaba en el cuarto era imperturbable, con un silencio absoluto en el cual los pequeños podían dormitar en paz.

Pocos eran quienes sabían del nacimiento de los pequeños, su Caballero, su hijo mayor y el médico que le realizó la cirugía para abrirla y sacar las crisálidas de su interior, las cuales comenzaron a crecer gradualmente sólo cuando se hallaron fuera de ella, alimentándose de su sangre hasta que los bebés estuvieron lo suficientemente grandes como para salir de estas. Y ya era un hecho que las sospechas y los chismes circulaban por los pasillos del castillo. Todos especulaban sobre la "extraña enfermedad" de la princesa, la cual la había mantenido en cama, encerrada en su habitación durante dos meses enteros. Ya sospechaban que algún trasfondo había tras esa fachada de la enfermedad. Sólo Jace tenía permitida la entrada para llevarle comida o papeles importantes, y las criadas que pasaban por allí casualmente, escuchaban cada tanto algo como el llanto de un bebé, lo cual acrecentaba las sospechas. No podía mantener aquello por más tiempo, pero mientras más ocultos estuviesen sus hijos, más seguridad para ellos.

Después de todo, dentro de ella ya no iban a estar seguros. Los recientes acontecimientos le indicaban que muy posiblemente la matarían pronto, y eso no era problema para ella, que podía revivir si es que no la mataba ninguno de sus hermanos. Pero si moría estando embarazada habría perdido a Nue -ahora que habían nacido, a Nae también-, y no estaba dispuesta a perder más hijos. Ahora el problema iba a ser mantenerlos ocultos y ver por cuánto tiempo podía mantener ese secreto.

El camino de regreso al castillo luego de todo lo ocurrido en las ruinas disto mucho de ser placentero,al parecer en la ausencia de la princesa habia sido su hijo mayor quien habia tomado el control de sus territorios.Si bien el chico tenia buenas intenciones el echo de vestir a los caballeros del ocaso con ropas de bufon le parecia algo sinceramente inapropiado,todo el reino se reia a carcajadas del niño y sus constantes bromas pesadas habian causado que ya no fuera invitado a las cenas tanto de la corte como de sus propios lores vasallos.
Cuando finalmente les proporcionaron un transporte en la fortaleza de risco negro lord dondarrion actuaba como si hubiese visto un espectro situacion que no solo se mantuvo hasta su partida sino que se repitio en cada uno de los lugares por donde pasaban mientras los caballeros que habian oido la noticia corrian a engrosar la tintineante caravana que rodeaba a mirajanne.
Al llegar a las puertas del nido de agilas parecian mas una compañia circense que la legitima heredera de aquel dominio y su caballero,el niño se llevo un susto ademas de un buen escarmiento cuando la princesa entro en el salon de reuniones y tras algunas sorpresas y no pocos disgustos la vida empezo a retornar a la normalidad.Las enormes pilas de informes que jace leia y pasaba a la princesa diariamente se habian acumulado hasta formar una verdadera montaña en la que tuvo que trabajar 3 dias sin dormir pasandole a la princesa solo la informacion estrictamente inpresindible y haciendose cargo el mismo de todo lo demas,cuando el trabajo finalmente se redujo a una escala manejable al final de los tres dias mirajanne le anuncio que finalmente iba a liberar a su hijo menor de su interior.Jace no habia dormido nada durante ese lapso y a pesar de que se caia de sueño logro sacar fuerzas de alguna parte para cumplir la tarea que le encomendaban.
Dos meses enteros pasaron de la forma mas lenta y desquisiante durante los cuales jace no se aparto ni un segundo de la princesa mientras sus hombres cuidaban las afueras del cuarto muchas veces haciendo el doble de guardias normales,aun con todo aquel esfuerzo jace lamentaba tener que limitarse a ver como mirajanne pasaba por todo aquel proceso sin poder ayudarla,hubiera querido sentarse junto a ella y tomarle la mano pero un comentario desafortunado del medico mas tarde podia poner en peligro todo lo que habian creado.El arduo trabajo dio sus frutos cuando finalmente dos cabecitas negras descansaban ahora en la cama junto a la princesa,en mas de una ocasion jace se sorprendia a si mismo mirandolos sorprendido ante el milagro de la vida-son hermosos verdad-le dijo a mirajanne mientras extendia su mano para acariciar sus cabellos mientras ella jugaba con los pequeños,sabia que no era correcto pero no podia evitar imaginar a la princesa con hijos de el jugando en su regazo.

Estaba tan centrada en mimar despacio a los pequeños, con caricias suaves, apenas como un leve roce de la seda para que con costos se sintiera, puesto que no quería despertarlos. Con lo mucho que había costado hacer que se durmieran... Tan centrada en eso que por un momento incluso se había olvidado de la presencia de su Caballero, pues se mantenía igual de silencioso que ella. Asintió ante sus palabras, sin despegar su vista de los pequeños, cuando de pronto, Nae comenzó a arrugar la nariz y fruncir levemente el ceño en una mueca de incomodidad, la que siempre hacía cuando se despertaba con intenciones de llorar.

Pronto y con delicadeza, terminó de incorporarse para sentarse en la cama y tomar a la pequeña con cuidado para subirla a su regazo y mimarla en un intento por calmarla y hacerla desistir de sus ganas de llorar. Nae era la más quisquillosa a la hora de estarse quieta, todo lo contrario a su hermano Nue, quien siempre se estaba tranquilo y dormía como una piedra... hasta que Nae parecía aburrirse del sueño y lloraba para despertarlo, lo cual desembocaba en otro llanto por parte del mayor, y luego calmarlos era toda una odisea más agotadora que la que tuvo que vivir Odiseo.

-¿Qué sucede, Nae?- Preguntó con su voz aterciopelada en un murmullo suave, destilando un tono de voz alejado a ese que siempre empleaba en público, para volverlo involuntariamente más maternal, mientras dejaba que la pequeña envolviera uno de sus dedos índice con la manita de ella.

Nae se removió un poco, agitando su otro bracito como en protesta de algo, casi como si le reclamara que quería jugar con su hermano. Abrió entonces sus ojos celestes para mirar a los eternamente oscuros de su madre. Si bien los niños eran gemelos, había una ligera diferencia para distinguirlos, la cual radicaba en que los ojos de Nue mostraban un celeste claro y brillante, casi como un oasis de agua cristalina, mientras que los de Nae eran un tanto más apagados, casi con tintes grisáceos.

Casi como para confirmar las especulaciones de su madre, la pequeña ladeó la cabeza hacia donde se encontraba su hermano durmiendo como un tronco, y emitió algunos sonidos de molestia, como diciendo que quería jugar con él ahora. La princesa suspiró, por mucho que le gustara estar con sus hijos, aquella era una tarea extremadamente agotadora.

Volvió a centrarse ahora en su caballero mientras que mimaba a Nae para que no comenzara a llorar.

-¿Qué es lo que se rumorea en el castillo?- Preguntó ahora. Cada día que pasaba la gente decía todo tipo de historias, y no le sorprendería que en cualquier momento llegasen a atinarle a la verdad.

Aunque se encontraba realmente cansado jace permanecio alli contemplando el raro espectaculo que resultaba ver a la princesa actuar como una madre normal.No sabia que tipo de relacion habia tenido ella con su propia madre y no le parecia apropiado preguntarle pero se movia con tal soltura que si acaso habia tenido una niñez traumatica hacia un muy buen trabajo ocultandolo,el propio tono dae voz que utilizaba sonaba distinto de lo habitual aunque aun quedaba algo de la princesa que todos conocian dentro de el.
La pequeña nae al parecer habia heredado su obstinacion pues por mucho que mirajanne intentaba desviar su atencion la niña intentaba de vez en cuando moverse para despertar a su hermano aun cuando el ojo atento de la princesa siempre lograba frenar su pequeña manito un instante antes del desastre total.Con un pequeño pase de magia jace genero un cachorrito ilusorio que empezo a correr y saltar de forma animada cerca de la pequeña princesa desviando eficazmente su atencion de su pobre hermano que solo parecia interesado en dormir tanto como le fuera posible,era dificil creer que alguien quisiera hacerle daño a tan inocentes criaturas pero cada hijo que tenia un fenix significaba un aspirante mas al trono que podia sucederlo si llegaba a morir,la ley obviamente estipulaba penas muy severas para aquellos que derramaban la sangre real pero las monedas de oro tenian la gran capacidad de siempre conceguir una espada dispuesta a hacer el trabajo-los rumores cambian segun la hora del dia,algunos dicen que habeis capturado a uno de vuestros hermanos menores y que lo habeis reducido al intelecto de un bebe,otros que son los llantos de niños que sacrificais para beber su sangre y aumentar vuestra belleza y algunos incluso hablan de un niño bastardo de vuestro leal caballero-dijo jace como toda respuesta,por supuesto que habia rumores de niños legitimos pero el se habia encargado de alimentar los rumores mas extraños para asegurar que las historias no fueran mas que chismorreo del pueblo,la mejor forma de ocultar una mentira era a plena luz.

Nae por unos instantes se distrajo con aquella ilusión, la cual producía además algunos sonidos tiernos propios de los cachorros, para así darle un mayor realismo, haciendo que la pequeña moviese la cabeza de un lado a otro, tratando de seguirle la pista. Aunque no lo estaba mirando directamente... quizá era porque el cachorro se movía tanto que ella no podía seguirlo con la mirada.

Escuchó atenta la respuesta del otro y estuvo tentada a reírse de lo ridículos que podían llegar a ser esos rumores, mas no hizo más que un leve esbozo, como siempre, sin dejar escapar grandes cantidades de alguna emoción en específico mas que una tenue sonrisa cínica de las clásicas en ella.

-¿Sacrificar niños? Vaya... no recuerdo haber sido nunca tan retorcida- Comentó, con aquella leve diversión en su voz.

Sí era cierto que ella de vez en cuando se bañaba en sangre, pero se debía principalmente a su morbo hacia las grandes masacres y ese hermoso líquido carmesí, además de que había leído en cientos de libros y manuscritos que los baños en sangre y baños en leche mantenían la piel suave y tersa como la de los dioses. Aunque a los niños no los tocaba, no era tan sádica. A los únicos que asesinaba durante las batallas era a los adultos, a las criaturas pequeñas las dejaba libres. Pero bueno, todo tipo de cosas podían inventarse de chisme en chisme.

La pequeña pareció divertida ante la repentina aparición del cachorro y empezó a mover sus manitas intentando tocarlo mientras una sonrisa se dibujaba en su pequeño rostro,para ser la hija de mirajanne la pequeña nae guardaba pocas resemblanzas con la princesa con la excepción de su pelo color azabache, allí donde la princesa tenia ojos negros de obsidiana la niña tenia ojos azules como el topacio y un rostro regordete que distaba de las afiladas formas de la cara de la princesa,aunque quizás el parecido solo se revelaría cuando pasara el tiempo y en aquel estado tan vulnerable tal vez aquel escaso parecido podía terminar salvándoles la vida.
Por un momento pareció que mirajanne iba a reírse ante las descabelladas historias que se contaban pero incluso en aquel santuario tan personal las costumbres eran mas fuertes que ella,sus labios apenas se aflojaron en la sombra de una sonrisa mientras sus ojos brillaban con algo que tal vez era diversión-tampoco recuerdo que tuvierais un hermano encerrado o que me hubieras dado un hijo-dijo el como toda respuesta,el palabrerio del pueblo no era mas que eso y cuanto mas descabelladas fueran las historias tanto mas parecían gustarles a la gente que luego las repetía como si ellos mismos hubieran estado presente-ademas ningún sacrificio os podría hacer mas bella de lo que ya sois-dijo mientras le daba un ligero beso en la mejilla al tiempo que el cachorro finalmente se quedaba quieto para que nae lo tocara, allí no había nada pero los sentidos de un infante eran fáciles de engañar aun con una ilusión básica.

Sin dejar de mirar atenta a Nae para asegurarse de que se estuviese entretenida con la pequeña ilusión, para que así no despertara a Nue, escuchó las palabras del otro, despegando finalmente sus ojos de la pequeña ante lo último para mirarlo con una de sus clásicas y leves sonrisas cínicas.

-¿Sigo pareciéndote "bella" con estas ojeras? Me halagas- Contestó con la misma tenue diversión en su tono suave de voz.

Si bien era cierto que con el tiempo se le habían formado algunas ojeras por la falta de sueño y el estar todo el tiempo pendiente de los gemelos, apenas se notaban como pequeñas sombras debajo de sus ojos. Nada que una buena noche de completo sueño reparador y un relajante baño en leche tibia no pudiese arreglar...

Justo cuando la situación parecía estar más controlada, Nue comenzó a hacer algunas muecas y soltar leves quejidos en sueños, probablemente porque tendría alguna pesadilla. Movió sus brazos y piernas, como removiéndose, pero aún sin acabar de despertarse. No obstante, ese solo sonido fue suficiente para llamar la atención de la menor, quien se olvidó del perrito y trató de bajar con un torpe gateo del regazo de su madre para alcanzar a tientas al otro con su pequeño bracito.

Claro está, Mirajanne no se lo permitió, y con cuidado, volvió a subírsela en el regazo para seguir mimándola. Aún siendo una bebé apenas, ya podía darse cuenta de la terquedad de Nae... no quería ni saber lo que sería esa chica cuando entrara en la adolescencia, aquella etapa "rebelde"... con la experiencia de Gamzee ya tenía suficiente... es más, él ya estaba grande para eso, pero seguía comportándose como todo un puberto con las hormonas alborotadas.

Suspiró algo cansada.

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Off: mil perdones por la demora, he estado algo indispuesta y mal de salud...

Mientras la pequeña princesa jugaba con el cachorro su hermano comenzó a agitarse incomodo en su sueño, jace lo observo un segundo preguntandose si podía ser alguna clase de sensibilidad mágica temprana lo que lo hacia reaccionar de esa manera aunque bien podía ser solo una pesadilla-siempre serais hermosa para mi-le dijo mientras le sonreía acercándose al pequeño que aun se debatía en sus sueños mientras la pequeña nae luchaba con tozudez contra el firme agarre de mirajanne descidida a incordiar el sueño de su pobre hermano, incluso con ojos azules la férrea determinación de su madre se adivinaba tras los pequeños ojos de la niña,sin duda seria indomable una vez llegara a la adolescencia.
Con delicadeza jace toco la frente de nue mientras le susurraba una canción de cuna que su madre le cantaba, al verlo alli recostado no podía evitar ver en el la misma cara de un niño vestido de negro y envuelto en rosas blancas, el mismo rostro al que el le había fallado como su protector. Mientras acariciaba su frente sin notarlo jace repitió aquellas palabras que había dicho hacia mucho tiempo ya-la noche llega y ahora comienza mi guardia desde esta noche hasta mi muerte, no tendré mas esposa que el deber ni otra gloria que el servicio. Soy la espada en la oscuridad, la luz en la sombra y el escudo que protege insomne-recito mientras una lagrima furtiva intentaba escapar de sus ojos.

Mientras que ella trataba de mantener calmada y sujetar firme a Nae, a esta no le costaba nada expresar su desacuerdo y molestia en esa mirada celeste claro, reclamándole de aquella forma que estaba harta de esperar a que su hermano se despertara de una vez. Mirajanne suspiró algo cansada y en un intento por calmarla y mantenerla entretenida con algo, se mordió el dedo índice de una mano para sacar unas pequeñas gotas de sangre, que luego le dio a beber a su hija. Si bien los bebés de Fénix se alimentaban de leche primeramente, como en todas las especies, estos también necesitaban beber por un tiempo pequeñas dosis de la sangre de la madre, para así desarrollarse y crecer más fuertes.

Como aquello parecía haber dado resultado y Nae estaba de lo más entretenida bebiendo esa pequeña cantidad de sangre, observó cómo le iba a Jace con Nue. Reconoció al instante aquellas palabras, y supo de inmediato que estaba recordando a su hijo mayor, aquél que fue asesinado en un descuido de ella y de todos por alguno de sus hermanos. Sintió de inmediato como ese hueco en su interior que había quedado tras su pérdida volvía a aflorar y cobraba fuerzas para tratar de hundirla de nuevo. Pero ella apretó los labios y se concentró en los bebés que acababa de tener.

Ya no podía seguir mostrando debilidad ante ese doloroso recuerdo, tenía que mirar el presente y olvidarse de su pasado. Y ya que Jace parecía ir rumbo a esas dolorosas memorias, debía ser ella la que ponía el ejemplo y mantenerse firme.

Colocó una de sus manos sobre la suya para llamar silenciosamente su atención.

-Olvida lo pasado y céntrate en el presente- Habló, con ese tono suave y serio de voz tan propio de ella. -Si haces exactamente el mismo juramento, sólo será un dolor constante... déjalo ir y empieza de nuevo. Esta es otra vida, deja que sean entonces otras palabras las que forjen el nuevo compromiso- Después de todo, la única forma de avanzar era borrando por completo el pasado y dar nuevos pasos hacia adelante, por otros rumbos, para que no guarden conexión con lo que ya sucedió.

Por un segundo el dolor amenazo con sobrepasar el autocontrol de jace como una ola que se elevaba por encima de la costa, lo que había sucedido aquel día había sido su culpa y de nadie mas, no solo había perdido al príncipe sino también a muchos de sus hombres que no estaban preparados para un asalto de aquellas características. Los habían pasado por el cuchillo como si fueran simples novatos antes de encargarse del pequeño que no podía hacer otra cosa que gritar por una ayuda que jamás llegaría.
A pesar de todo el salvajismo cruel de aquel ataque los asesinos se habían asegurado de no dejar nada que permitiera identificarlos, incluso el rastro de energía era difuso y había desaparecido casi por completo cuando intentaron buscarlo, removió cielo y tierra junto a la princesa buscando a los responsables pero una a una las posibles pistas llevaban a callejones sin salida. Los días se convirtieron en meses y finalmente mirajanne ya no pudo escudarse en la perdida teniendo que volver a su actividad cotidiana con la amargura de saber que quien fuera que lo hubiera echo se había salido con la suya.
Cuando la princesa toco su mano esto lo arranco bruscamente del pozo de recuerdos para traerlo de regreso al presente, al escuchar las palabras de mirajanne el simplemente movió su cabeza de lado a lado con una pequeña sonrisa-los votos de un hermano de la guardia de la noche son para toda la vida-dijo el mientras tocaba de forma distraída la capa negra que lo señalaba como tal-que comandante seria si renegara de ellos ahora-continuo mientras acariciaba la cabeza del pequeño que dormía en la cama, el peso de sus errores era suyo para cargar aun cuando la princesa le digiera lo contrario pero no podía dejar que el peso aplastara su determinación de cumplir su palabra.

Off rol: espero que te mejores pronto y cuando puedas avisale a soushi que al parecer se asusto del rol.

Pese a su respuesta, sabía que el otro no estaba siendo del todo sincero al seguir ocultando su dolor. Quizá lo que más le atormentaba a Jace era el hecho de que su tarea en aquél entonces era cuidar a su hijo, y seguramente el peso de ese fallo le había llegado hasta el alma. Al menos ella se vio obligada a "superarlo" debido a la posición en la que se encontraba. Era la primera hija, no debía verse vulnerable ni débil por esa pérdida ante ninguno de sus hermanos, o de lo contrario lo único que estaría haciendo sería darle el gusto al asesino que lo mandó a matar. Por eso ya estaba acostumbrada en cierta medida a tapar y tragarse su dolor bajo esas máscaras que se había construido y solidificado con los años.

En silencio, retiró su mano cuando tuvo que volver a centrarse en Nae, quien ya exigía su cuota de atención diaria. Si así quería que fuera, pues entonces que lo hiciera, él mejor que nadie sabía lo que hacía y como se sentía.

Soltó un suspiro y luego limpió algunas manchas de sangre que habían quedado en su dedo, mientras que volvía a tratar de centrarse en mantener a la pequeña entretenida. Para ese entonces, Nue acababa de abrir los ojos, aparentemente somnoliento todavía, puesto que de encontrarse del todo despierto ya habría comenzado a llorar.

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Off: Shinsu ha estado muy enferma, cuando se mejore se pasará a contestar los roles que te debe.

La mirada de la princesa le dejo muy en claro que no estaba de acuerdo con el, sabia que aferrarse al pasado solo le traía dolor pero aquel era un peso con el que tendría que cargar por el resto de su vida. Si se permitía a si mismo olvidar podía volver a cometer otra vez el mismo error y en aquella ocasión no serian una sino dos las vidas que terminarían destrozadas por su culpa y entonces la muerte del príncipe habría sido en vano.
El pequeño niño se despertó de repente tal vez por los constantes movimientos de su hermana, al principio solo se estiro pero muy pronto comenzó a llorar evidentemente molesto de que lo hubieran despertado, sin saber muy bien que hacer jace se saco una moneda del bolsillo y empezó a moverla entre sus dedos enfrente de la cara del niño. El objeto brillante tuvo el efecto deseado pues el niño dejo de llorar para mirar con atención la moneda mientras estiraba sus bracitos para agarrarla, pero jace siempre era mas rápido haciendo desaparecer la moneda bajo su manga como si se tratara de magia.
Su madre siempre había visto esos trucos con recelo diciéndole que no era mas que una superchería de humanos pero el siempre se fascinaba al ver como la velocidad y la vista podian crear aquellos actos que poco se diferenciaban de la verdadera magia- al menos si dejo de ser comandante tendré futuro como niñero-dijo en un tono alegre mientras veía como nue se ponía cada vez mas impaciente de no poder agarrar la moneda, al final intento saltar sobre la mano de jace pero lo que agarro la moneda entre un par de patas no era ya el bebe de mirajanne sino un cachorro de zorro tan blanco como la nieve-al parecer vuestros hijos han heredado mucho de vos-dijo en un tono sorprendido mientras rascaba la cabeza del pequeño nue que ahora mordisqueaba la moneda.

Sabía ya que esa calma con Nue despierto, iba a durar muy poco. Así resultó ser, puesto que enseguida que terminó de despertarse por completo el pequeño comenzó a llorar. Mrajanne soltó un suspiro algo cansada, cuando Nue comenzaba a llorar era muy difícil hacerlo parar a menos de que lo volvieran a dormir, una tarea realmente extenuante y casi imposible.

Justo cuando estaba a punto de tomar al pequeño para mecerlo y tratar de apaciguar su llanto, Jace comenzó a hacer unos pequeños trucos con una moneda para llamar su atención. Y en efecto, parecía que Nue se había aburrido de llorar y decidió prestarle atención al curioso objeto brillante que el otro hacía aparecer y desaparecer con tanta facilidad. Por unos instantes Mirajanne se quedó algo sorprendida ante la simpleza con la que el azabache resolvió el problema... tan simple, que a ella no se le hubiera ocurrido.

Pero lo que sin duda la sorprendió fue ver como de un pronto a otro Nue se transformaba en un cachorro de zorro blanco, con apenas una de sus colas, puesto que estas iban apareciendo a medida que se desarrollaban.

-Ciertamente, parece que tenemos un pequeño prodigio- Comentó en respuesta, acercándose un poco más junto con Nae, quien estaba más entretenida jugando con su baba que en mirar a su hermano. Pronto, la madre le limpió con un pequeño pañuelo la saliva para dejarla tan limpia como siempre, reparando en que la pequeña, con esa actitud que iba mostrando, de seguro ya habría podido transformarse antes que su gemelo de haberlo querido. Aquello podría significar que quizá Nae heredó más de la parte paterna, quien se trataba de uno de aquellos seres capaces de dominar la tierra.

Volvió a mirar a Nue antes de estirar una mano para acariciar su suave pelaje. Si bien era todo un logro el transformarse a tan temprana edad, era peligroso, puesto que difícilmente sabría como regresar a su forma humana. Dejó mostrar una leve sonrisa antes de tenderle a la pequeña para que la tomara.

-Cambiemos un momento- Dijo, tomando ahora al pequeño zorro entre sus brazos. -Voy a tratar de regresarlo a su forma humana- Y dicho esto, lo hizo sentar sobre su regazo, casi como si de un niño humano se tratara, para luego mimarlo en la cabeza. Tenía que tratarlo como a un humano si quería que regresara, o de lo contrario, de haberlo mimado como a un zorro, se acostumbraría y se quedaría en esa forma.

El pequeño zorrito se encontraba muy divertido mordisqueando la moneda que por fin habia logrado arrebatarle a jace mientras el simplemente lo obserbaba con una ligera sonrisa en el rostro,algun dia ambos niños crecerian para transformarse en criaturas de gran poder igual que la princesa pero en aquel estado se veía tan tierno e indefenso que de haberse quedado quieto las personas podrían muy bien haberlo confundido con un animal relleno de felpa de aquellos que tanto agradaban a las niñas.
La madre sin embargo parecía tener una idea diferente sin importar que tan tierno se pudiese ver en aquella forma-siempre pensé que la transformación era algo que no se manifestaba hasta la adultez-dijo mientras le pasaba el cachorro a mirajanne mientras el recibía en sus brazos a la pequeña nae.La niña puso una evidente cara de disgusto al ver que su madre la dejaba en manos de un desconocido por lo que el tuvo que pararse y empezar a mecerla entre los brazos para evitar que llorara mientras la princesa intentaba devolver a nue a su forma humana,el peso de la niña era tan pequeño que apenas si notaba la diferencia mientras la movía lentamente mientras ella mantenía los ojos clavados en el como si lo estuviera estudiando.
Aunque mas suave dado el tono azul nae tenia aquella mirada distintiva y penetrante que su madre siempre usaba para obtener la verdad de los otros-cuando crezca incluso su abuela tendrá envidia de ella-dijo mientras colocaba uno de sus dedos cerca del pecho que nae agarro con sus pequeñas manitos apenas capaces de cerrar un circulo alrededor de su indice.

-En realidad, se manifiesta a partir de los ocho años- Contestó, sin dejar de acariciar en la cabeza a Nue y mantenerlo en aquella posición propia de un niño, cosa que le habría de incomodar al estar en su forma zorruna. Pero era eso lo que buscaba, tenía que hacerle ver que estaría más cómodo sentado de aquella manera en su forma humana que en esa, para que regresara de una vez. -Aunque depende mucho de las habilidades naturales de cada uno- Agregó, mientras que el pequeño se removía incómodo para tratar de librarse.

Ella mantuvo su agarre firme para que Nue no se soltara, y finalmente, tras rezongar un poco, regresó a esa forma humana de tierno bebé para no sentirse tan incomodado al sentarse de aquella manera. Claro está, se encontraba disgustado por lo que lo había obligado a hacer su madre, y pese a que ya estaba cómodo de nuevo, iba a demostrar su molestia de la forma que mejor sabía: llorando.

La madre tuvo que apresurarse para mecerlo y mimarlo y así hacerlo desistir de sus ganas de llorar. Miró al otro ante su comentario, notando que Nae tenía la mirada clavada en él casi con capricho. Pero había algo que no terminaba de encajar en ella... Aunque seguramente sólo eran imaginaciones suyas.

Las palabras de la princesa lo sorprendieron bastante pues solo le demostraban lo poco que sabia de los hengeyoukai a pesar de que habia estado buena parte de su vida adulta junto a uno,el echo de ver uno tan pequeño e indefenso le hacia preguntarse si acaso tambien las crias de los demonios y criaturas que asustaban a la humanidad tambien eran asi de inocentes cuando abrian los ojos por primera vez.El pequeño se retorcia evidentemente incomodo de que su madre lo obligara a permanecer en aquella posicion sentada donde sus patitas traseras no eran capaces de acomodarse con efectividad,al final la comodidad pudo mas que el y a regañadientes volvio a tomar una forma humana como si fuera lo mas natural del mundo, el llanto que le siguio solo confirmaba que al parecer nue preferia ser un zorrito antes que un bebe humano pero las caricias de mirajanne lo hicieron desistir en su intento de deshidratarse a traves de sus ojos.
Jace giro el cuello de regreso a nae cuando sintio como esta usaba ambas manitos para darle un tiron en el dedo que estaba sujetando,tenia una cara de puchero evidentemente enojada de que hubiera dejado de prestarle atencion, elmsolo sonrio y comenzo a mecerla de vuelta hasta que se dio por satisfecha y volvio a sonreir,sin duda seria toda una rompecorazones cuando tuviera la edad de mirajanne lo cual probablemente significaria mas dolores de cabeza para la reina que seria su madre. Tanto despliege de cuidado infantil termino atrayendo la atencion de la princesa quien empezo a mirar a nae con suspicacia-en respuesta a vuestra primera pregunta vuestra hija no ha sido remplazada por un changeling,puse medidas de seguridad para eso-dijo mientras continuaba meciendo a la pequeña mientras caminaba de regreso a la cama-y en respuesta a vuestra segunda pregunta nadie os va a arrebatar mi corazon-finalizo mientras le ponia un beso en los labios mientras depositaba con cuidado a la pequeña para que se reuniera de vuelta con su hermano.

Mientras que realizaba su pequeño examen visual a Nae, pareció captar la mirada intrigante de su Caballero, quien se apresuró a aclararle que no había ningún problema. Aunque en realidad no era eso precisamente lo que la inquietaba, sino otra cosa... Bueno, de nada servía estar de psicótica por allí, estaba segura de que sólo se lo estaba imaginando, un efecto secundario de la falta de sueño que ya comenzaba a afectar su mente de alguna manera.

Lo vio acercarse, y sonrió levemente, de esa forma tan propia de ella al oír sus palabras y ante el pequeño gesto del beso, mientras que los gemelos volvían a reunirse y Nae se le tiraba encima a su hermano, quien parecía verse en apuros.

-¿De veras? Entonces creo que puedo estar tranquila- Contestó de esa forma característica en ella, acortando despacio la distancia entre ellos una vez más para así volver a besarlo, queriendo aprovechar ese leve lapsus de tranquilidad. Pero antes de poder siquiera rozar sus labios, sintió como Nue le reclamaba por su atención una vez más, teniendo que hacerle caso para mirar como Nae lo acosaba.

Suspiró levemente, tomando a Nae entre brazos y dejando al otro sobre sus piernas.

-No debes morder a tu hermano, Nae, sabes lo sensible que es- Le habló a la pequeña, acomodándola mejor, como si pudiera entender lo que ella decía.

Aquel pequeño beso con la princesa pareció extenderse por toda una eternidad mientras volvía a sentir como la euforia recorría sus venas al rozar sus labios de nuevo,cuando se alejaron mirajanne tenia una de sus características sonrisas impresa en el rostro mientras le decía palabras que como siempre parecían sonar tanto en broma como serias.Pero el segundo beso que parecía anunciarse en la boca de la princesa se vio abruptamente interceptado por la pequeña nae quien estaba atacando a su hermano como si se tratara de un gato jugando con su presa, entendía que su naturaleza salvaje los hacia tener un cierto rasgo animal pero aun así era difícil de creer que la niña usaba los pocos dientes que tenia con la misma naturalidad que su madre usaba los veinte cubiertos sin equivocarse-espero que la costumbre se le quite antes de que le consiguais marido-dijo jace con una sonrisa mientras se arrodillaba en el borde de la cama como queriendo permanecer fuera de foco en aquella tierna escena familiar,el había jurado nunca tener hijos ni tomar esposa tal como todos los miembros de la guardia de la noche pero cada día junto a la princesa le hacia lamentar los votos que lo ataban a su servicio obligandolo a protegerla sin nunca poder amarla.
En mas de una ocasión había pensado en usar su posición como futuro custodio de los elfos como una forma de dejar atrás sus votos de una forma honorable pero así también se daba cuenta de que era posiblemente el plan mas estúpido de todos,reclamar aquellos derechos significaba elegir a su pueblo por encima de su deber y como tal renunciar a ser un caballero para volver junto a su pueblo.Aun cuando significaba abandonar a mirajanne por muchos años también representaba la posibilidad de ser un pretendiente si conseguía hacerse con un titulo de lord,pero la simple idea de abandonar su lado aun por un instante era demasiado como para considerarlo luego de presenciar en carne propia lo que incluso una pequeña ausencia podía causar,sus votos lo ataban a la mujer que amaba y al mismo tiempo le impedían llegar a tener alguna vez lo que ella ahora poseía,sin que se diera cuenta nue se había acercado a el mientras se encontraba sumido en sus pensamientos y lo agarro por la nariz para luego soltarlo en medio de una carcajada.Aquella acción tan inocente lo volvió a la realidad y lo hizo reír también mientras extendía su mano para jugar con el pequeño mientras mirajanne intentaba domesticar a nae.

El hecho de que mostraran esa actitud tan peculiar a tan temprana edad le hacía preguntarse cómo serían cuando crecieran. Después de todo, los papeles parecían estar invertidos con esos dos, siendo Nae la que fastidiaba al otro y era la más fuerte y caprichosa, mientras que Nue era el que lloraba por todo.

Trataba de mecer a la pequeña para que dejara de protestar al patalear y moverse hacia todas partes, como diciéndole que no había terminado de morder a su hermano, cuando escuchó ese comentario de Jace. Quizá lo había soltado en broma, pero para ella la simple mención de "conseguirle marido" la había dejado pensando por un momento. Ni se le había pasado por la cabeza el casarlos con alguien, ni siquiera a Gamzee, que ya era un adulto... o bueno, en edad y cuerpo ya era adulto.

Antes de tener una pequeña crisis emocional, resolvió el asunto rápidamente y optó por simplemente suspirar y seguir meciendo a la pequeña, ya más calmada.

-Es muy pronto para eso- Resolvió, además de que seguramente si alguien se atrevía a siquiera mirar a su pequeña, sería ella misma quien lo despedazara de una forma sádica y cruel.

El pequeño juego de Nue para llamar la atención del otro captó la suya también, contemplando como Jace cargaba con total naturalidad al pequeño, casi como si hubiera practicado toda la vida con ello. De alguna forma, le pareció verlo un poco más... "feliz", si es que podía definirlo con alguna palabra. A pesar de que no eran hijos suyos, prácticamente estaba tomando el papel de padre para soportar el llanto desesperante de ambos niños junto con ella.

-¿Te gustaría tener un hijo también?- Preguntó, quizá de una forma un tanto inesperada para él. Pero al ver su expresión, supo que seguramente pretendía contestarle con que sus deberes no se lo permitían, por lo que decidió agregar antes de que él refutara con alguna de esas cosas: -Olvida los deberes como Capitán y miembro del Desfile Nocturno, te estoy preguntando si a ti, fuera de todo eso, te gustaría- Aclaró entonces.

Después de todo, en aquél tiempo había visto otro lado de él que no conocía, puesto que nunca antes lo había visto interactuar con niños y recién ahora veía lo bien que parecía llevarse con ellos.

La personalidad de la princesa era mas que patente en su pequeña hija quien se debatía y pataleaba bajo sus brazos como queriendo safarse de aquella prisión para volver a morder a su hermano,si aquello era lo que había tenido que vivir la reina para educar a su hija mayor no podía menos que estar sorprendido del trabajo que había logrado hacer modelando todo aquel ímpetu salvaje en una forma tan delicada y grácil como era mirajanne en cada uno de sus actos,el pequeño nue de sonrisa tan fácil y actitud siempre tranquila le recordaba mucho mas al ultimo lord del castillo que había partido en un supuesto viaje diplomático para nunca mas volver, había sido un hombre frió y retraído que apenas si hablaba con su esposa y mucho menos cumplía con sus deberes matrimoniales mas allá de las pocas veces que el alcohol le daba el valor para enfrentarse a la princesa y llevarla hasta la alcoba,con algo de suerte el fuerte temperamento de mirajanne lograría contrarrestar aquella tendencia para hacer que el niño no fuera tan cobarde como su progenitor.Su pequeña broma no fue muy bien acogida pues la princesa le contesto solo con una evasiva dejando muy en claro que no le agradaba la idea de separarse de ninguno de sus hijos,incluso de gamzee quien no dejaba de recibir propuestas de las hijas de las grandes casas de los siete reinos algunas por presión de sus padres y otras porque encontraban divertido su forma infantil de comportarse.
Tal como la princesa había quedado congelada ante la idea del matrimonio así también se sorprendió el cuando le pregunto acerca de tener hijos,el jamas había pensado demasiado en ello incluso antes de tomar los votos y vestir el negro, dentro de las aldeas elficas los niños pequeños eran un espectáculo poco común por lo que generalmente todo el pueblo se dedicaba a cuidarlo cada vez que nacía uno nuevo,con el tiempo se habían vuelto parte del paisaje para jace en lugar de una preocupación para el futuro-jamas lo había pensado para ser honesto-dijo mientras levantaba al pequeño nue en brazos y lo mecía entre sus brazos mientras lo miraba como buscando la respuesta dentro de su pequeña forma-pero creo que lo desearía aun cuando no sucederá-dijo mientras miraba a la princesa con una pequeña sonrisa,en mas de una ocasión se había imaginado a ambos criando a sus propios hijos junto a todos los demás pero sabia que aquello nunca pasaría, mientras el fuera solo un caballero sin titulo de nobleza no podría aspirar a otra cosa que no fueran bastardos.

Con esa misma mirada calma y al mismo tiempo penetrante de ella, siguió contemplando al otro en lo que le daba una respuesta. Había conseguido tranquilizar medianamente a Nae, por lo menos al hacerle entender que no importaba cuanto se moviera de un lado a otro ni cuanto berrinche armara, no la soltaría tan pronto.

Estaba consciente de que su repentina pregunta lo había tomado con la guardia baja, puesto que no era algo que se esperara de ella, pero al fin y al cabo tenía que sacarse la duda de la cabeza.

Su respuesta de alguna manera la había dejado en un punto intermedio en el que no tenía del todo claro como debía de sentirse al respecto. De alguna manera, no podía creer como alguien que había vivido tanto como ella, e incluso unos años más, no se hubiese planteado jamás la posibilidad de tener familia. Incluso ella misma cuando era joven ya sabía muy bien que estaba predestinada a tener niños, aunque aquello quizá se debía más al ambiente en el que se crió, donde casi era un paso importante el tener un hijo por lo menos, especialmente siendo una de las mayores.

Con su delicadeza y sigilo habitual, volvió a arrimarse más a él en la cama para acortar distancia, aún con la pequeña Nae entre sus brazos, ya más calmada.

-Tengamos uno- A pesar de haber hablado con su característico tono serio y suave de voz, estaba claro que sólo el tono no iba a disminuir el asombro ajeno. Su mirada era tan tranquila como fija, esa mirada segura que tanto empleaba para que sus palabras fueran escuchadas y tomadas en cuenta sin excepción en las reuniones del consejo a las cuales debía asistir. Y el hecho de estarlo mirando de esa forma tan de cerca y tras haber soltado lo anterior seguramente le generarían algún shock emocional o algo. -Tengamos uno antes que estalle el Ragnarok- Agregó, queriendo traerlo de regreso a la realidad.

Sabía que cada bebé que tenía era un riesgo, puesto que era muy factible que fueran blancos del enemigo y acabaran como su primer niño. Pero quería tener por lo menos un hijo con la única persona que realmente había conseguido ver como una verdadera pareja.

Sus propias palabras le sonaban extrañas aun cuando las escuchaba salir de su boca pero aun asi no pensaba que estuviera mintiendo de una forma inconciente,si bien los elfos aceptaban los despliegues de amor en todas sus formas no era menos cierto que para ellos el sexo simplemente representaba una forma mas de expresar el arte que latia en lo profundo de sus corazones.En cada cosa que realizaban ellos derramaban toda su pasion y pericia para lograr asi que cada nuevo objeto por mundano que resultara su uzo fuera tambien una obra de arte y un testimonio de la persona que lo habia creado.
Pero aquella forma de ser tambien resultaba siendo la causa del lento declive de su gente,a diferencia de los humanos cuyas cortas vidas los impelian a tener una descendencia tan grande como les fuera posible para que sus hijos continuaran con sus trabajos incompletos los elfos no tenian preocupaciones de aquella clase dado que en su vida eran capaces de completar cualquier proyecto en el que se enbarcaran haciendo asi que cada generacion fuera diferente a la anterior,pero esa misma vida tambien hacia que las parejas rara vez tuvieran mas de uno o dos hijos a lo largo de toda su vida dado que los niños eran solo un efecto secundario de sus rituales amorosos que para ellos eran un fin en si mismo.
Las palabras de la princesa resonaron entonces en las profundas cavidades de su cerebro despertando los ecos de todo aquello que su pueblo siempre tenia en una especie de plano secundario,la idea era hermosa e incluso algo que anhelaba en lo profundo de su corazón pero que clase de vida podía darle a un niño que seria por siempre un paria sin lugar en la sociedad-sabéis mejor que nadie lo feliz que eso me haría-dijo mientras la miraba a los ojos dejando muy en claro que en ningun momento se habia tomado sus palabras como una broma-pero seria demasiado peligroso si alguien lo descubriera-finalizo mientras la miraba a los ojos deseando poder darle lo que ella le pedia,su relacion ya caminaba en la cuerda floja pero si mirajanne tenia un hijo en aquel momento que no estaba casada su madre no tardaria en descubrir que habia dado a luz a un bastardo y no queria imaginar las consecuencias que su egoismo podia traerle a la princesa.

Tanto por la forma en la que lo estaba mirando como por su deseo en común esperaba recibir una afirmativa por su parte, es más, el rechazo nunca pasó por su mente, era algo que ni siquiera entraba en sus posibilidades. Estaba completamente segura que él quería tener un hijo tanto como ella, algo que ahora podrían cumplir gracias a que ahora que no estaba embarazada quedaba "libre" para tener otro bebé.

Y entonces la respuesta de Jace tiró abajo todas las posibilidades e ideas que tenía en mente para su pequeño sueño de tener al menos un hijo suyo antes de que iniciara la gran guerra.

Pero analizándolo mejor, quizá esa había sido la respuesta más sensata y ella al estar ilusionada con aquél sueño irrealizable lo pasó por alto. Pero qué tonta había sido... creía ya haber superado la etapa de la tonta adolescente enamorada que no piensa más allá que en el mundo rosa de las fantasías. Lentamente, desvió su mirada hasta centrarla al frente y volver a acomodarse en la cama con Nae sobre su regazo, guardando cierta distancia con él.

-Perdona, la falta de sueño me hace decir cosas extrañas...- Se excusó, dejando que la pequeña atrapara un par de sus dedos entre sus pequeñas manitas que apenas podían cerrarse entorno a uno de ellos.

Las palabras de jace parecían haber abierto un enorme vacío entre el y mirajanne, negarse a su petición era algo que le dolía en lo profundo del alma pero no podía flaquear en su determinación. Cuando le había dicho que no el juramento que había pronunciado ni siquiera se le había pasado por la cabeza, no era su honor lo que refrenaba sus acciones sino el amor que le profesaba a la princesa, si su sueño de alguna manera se cumplía el pequeño que tuvieran tendría que vivir toda su vida escondido sin saber nunca quienes eran sus verdaderos padres, un los bastardos no tenían ningún lugar en la rígida estructura social donde vivían y aquellos que llevaban sangre real podian incluso enfrentar la muerte solo por el crimen de no haber nacido en una cuna de nobleza-no tenéis nada de que disculparos, soy yo el que esta en falta aquí-dijo mientras se sentaba en el suelo abatido dejando que el pequeño nue explorara aparentemente feliz la nueva dimensión que le resultaba el suelo de la habitación, cuanto mas los veía moverse tan felices y despreocupados mas odio sentía hacia las normas que lo condenaban a actuar de aquella manera.
Porque la vida tenia que ser tan dura, acaso era un crimen que dos personas se amaran solo porque no pertenecían a la misma clase social, al final la falta de sueño y la constante tensión termino superando su autocontrol y jace simplemente comenzó a llorar, mientras su cuerpo se sacudía acurrucado contra la pared el derramaba en silencio lagrimas de rabia contenida que ya no era capaz de soportar, toda su vida había sabido que el amor le traería sufrimiento algún día pero nunca pensó que seria por no poder amar como ella se merecía.

Mientras que ella estaba concentrada en Nae, nuevamente batallando para que la pequeña se mantuviese quieta, lo cual resultaba una misión prácticamente imposible, desconoció las acciones que había adoptado su Caballero al estar de espaldas a él, hasta que finalmente un ligero sonido llegó a sus sensibles oídos, captando su atención lo suficiente como para que se volteara.

Por unos momentos se juró a sí misma que estaba viendo mal, pero no. Las cosas eran tal y como las veía: Jace estaba acurrucado contra una esquina, llorando en silencio como un niño regañado que ha roto el jarrón más valioso de su madre y se encuentra en penitencia.

¿Acaso estaba así por lo anterior?... Ya a ese punto no sabía si es que era ella demasiado insensible como para que ese tipo de cosas no la afectaran con tanta fuerza, ya que había aprendido a aplastar esas emociones bajo sus máscaras por las malas, o quizá era él quien estaba muy sensible ese día. De pronto, sentía como si los papeles se invirtieran...

Con el mismo sigilo de siempre y en un completo silencio, se levantó de la cama junto con la pequeña para así acercarse a donde los otros dos se encontraban. Se sentó en el suelo alfombrado también, espalda contra espalda con Jace, usando ese único contacto para dar a entender una señal reconfortante. Quizá otras mujeres podrían abrazarlo, besarlo, o demás, pero ella no era precisamente muy dada a esa clase de emociones, por lo que tampoco sabía aún como debía de actuar en momentos como esos.

-No hay necesidad de ponerse en ese estado- Habló finalmente, con la vista fija en la pequeña que estaba alzando. -No te estoy culpando de nada. Si no se puede, entonces no se puede- Era tan simple como eso. Había aprendido a aceptar las cosas como eran con el paso del tiempo, recibiendo duros golpes y pasando por situaciones espantosas para comprender que la realidad no se podía cambiar. En parte fue eso lo que la fue volviendo fría con el paso de los años.